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  • Técnicas de relajación para un examen: Aprende cómo no ponerte nervioso

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    ¿Eres estudiante y quieres aprender a controlar tus nervios en los momentos más importantes? Entonces, toma nota de estas técnicas para relajarte antes de un examen, que te permitirán afrontar la prueba con mayores garantías, ya sea un examen escrito u otro de carácter práctico como las de los ciclos formativos de Linkia FP.

    Como decíamos en este post, la relajación es uno de los mejores hábitos saludables para estudiantes. Pero, ¿por qué? Pues por varias razones. A corto plazo, es recomendable porque te permite tomar las decisiones más adecuadas en cada momento. El nerviosismo es un factor que puede provocar precipitación o que puede afectar negativamente a la clarividencia: no ver con claridad determinados detalles limitará tu capacidad de actuación.

    En lo que respecta a los estudios, el nerviosismo también afecta a la función cognitiva: reduce la capacidad de concentración, la capacidad de memorización y asimilación de conceptos e incluso a la recuperación de estos. Y a largo plazo, de manera más general, estar nervioso y estresado puede afectar negativamente al sueño, a la tensión arterial o a la autoestima personal, entre otros aspectos.

    Técnicas de relajación para un examen

    Cada persona es un mundo y puede optar por diferentes técnicas para relajarse antes de un examen, en función de sus gustos e incluso sus habilidades. Hay estudiantes que, en las horas previas a la prueba, son incapaces de realizar una sesión de relajación y necesitan descargas más enérgicas, por ejemplo practicando deporte. Y para otros ocurre lo contrario.

    Esta es una lista de propuestas que te puede dar buen resultado:

    • Yoga
    • Sesiones de estiramientos
    • Ejercicios de respiración
    • Sesión de relajación en la piscina
    • Sesión de taichi
    • Jogging
    • Masaje desestresante
    • Descanso reparador
    • Sesión de música relajante, como la música clásica

    Aprende cómo no ponerte nervioso

    Además de las técnicas mencionadas, hay pequeños consejos que se pueden tener en cuenta de cara a relajarse para un examen. Son sencillos tips que se pueden aplicar el día de antes, las horas previas o incluso en el mismo momento de sentarse frente a la prueba. Toma nota, pues estamos seguros de que muchos de ellos te serán útiles.

    No estudies en las horas previas

    Es un consejo muy habitual: estudiar en el día de antes o en las horas previas te servirá de poco. Lo peor que puedes conseguir es darte cuenta de todo lo que no sabes y eso provocará el efecto no deseado: aumentar los nervios y la ansiedad.

    Sigue tu rutina habitual lo máximo posible

    Con ello nos referimos a cualquier detalle. Por ejemplo, a tu alimentación: no desayunes nada que no hayas ya desayunado antes, pues podría jugarte una mala pasada, por culpa o no de los nervios. Lo mismo ocurre con la ropa: no elijas prendas ajustadas si no estás acostumbrado/a a llevarlas en estas situaciones, pues te provocarán incomodidad y afectarán a tu estado de ánimo. Y se puede seguir por otros muchos ejemplos, como la ruta de transporte hasta el centro del examen, pues un cambio en ella puede provocarte retrasos inesperados.

    Ojo con la cafeína y otras ‘ayudas’

    Para estar más despierto/a en la recta final del estudio, a menudo se abusa de la cafeína. Y puede ser efectivo de cara a ese objetivo… pero tener consecuencias negativas de cara al examen, pues podría generar en ti un estado de excitación excesiva. Y lo mismo ocurre con otros productos, como pueden ser las vitaminas, el azúcar, etc.

    Da un paseo y cambia el aire

    Lo más probable es que tus últimos días de estudio hayan sido intensos y te hayas recluido en la habitación o en la biblioteca. Por ello, un consejo sencillo pero efectivo para relajarse antes de un examen es salir a dar un paseo al aire libre. Puede ser en solitario, si así te sientes cómodo/a. También con tu pareja o con algún amigo de confianza, pero en ese caso lo importante es no abordar temas que te puedan poner nervioso/a por otro motivo: ya habrá tiempo de solucionar cualquier problema después del examen.

    Controla tus pensamientos

    En un examen, y en los momentos inmediatamente posteriores, solo importa el ‘ahora’. No caigas en el error de pensar en el pasado o en el futuro. Es decir, no te lamentes ni te reproches por lo que podrías haber estudiado y no has hecho. Y tampoco te aventures a extraer conclusiones precipitadas de lo que pueda ocasionar este examen más adelante, ni con expectativas positivas ni negativas, pues en ambos casos te provocará nervios.

    No existe nadie más que tú

    No importa si antes de entrar al examen notas que los demás están más tranquilos que tú. Y tampoco importa si los compañeros del aula comienzan a escribir con celeridad nada más recibir el examen. Cada persona es distinta y tus sensaciones no se deben medir en comparación con los demás, sino con tus propias posibilidades y con el examen en sí. 

    Respira antes de empezar

    Cuando estés en tu asiento, esperando a recibir el examen o con él delante, no podrás poner en práctica tu técnica de relajación favorita, por motivos obvios. Pero sí podrás concentrarte en respirar más pausadamente y con mayor profundidad. Puedes emplear unos breves minutos antes de posar tus ojos sobre la prueba. Sin duda, serán una última contribución a bajar las revoluciones antes de empezar.

     

    Como ves, las técnicas para relajarse antes de un examen son muy variadas y seguramente muchas de ellas se han quedado fuera de este post. Lo importante es saber cuál puede ser la más idónea para ti y cómo ponerla en práctica de forma efectiva, siguiendo también los consejos que hemos enumerado después.

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