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  • ¿Qué es la psicomotricidad en niños? | Prácticas psicomotrices, tipos y para qué sirven
  • ¿Qué es la psicomotricidad en niños? | Prácticas psicomotrices, tipos y para qué sirven

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    psicomotricidad en niños

    Cada vez se tiene más conciencia de la importancia de la psicomotricidad en los niños. Y prueba de ello es el tiempo que ocupa esta disciplina en la programación escolar, con varias sesiones a la semana, así como en el plan de estudios del Ciclo de Grado Superior en Educación Infantil, especialmente en el Módulo Desarrollo Cognitivo y Motor. Por tanto, si tienes en mente convertirte en educador/a infantil, aquí te adelantamos qué son las prácticas psicomotrices, que tipos hay y para qué sirven.

    Qué es la psicomotricidad en niños

    Aunque el concepto de psicomotricidad en niños ha ido evolucionando en los últimos años y no existe una definición universalmente aceptada por los especialistas, podemos fijarnos con atención en esta palabra para comprender su significado. “Psicomotricidad” se compone de “psico” y de “motricidad”, que alude a:

    • Actividad psíquica, que engloba tanto la parte socio-afectiva como la cognitiva
    • Actividad motriz, que está relacionada con los movimientos corporales del niño

    Por tanto, la psicomotricidad en niños se puede interpretar como las prácticas y ejercicios que están orientados a fomentar su afectividad y su aprendizaje psicológico a través de los movimientos corporales. Y la verdadera importancia de ello radica en que, a través de ella, se impulsa el desarrollo del niño de manera global, tanto mental como físicamente.

    Otra característica que se puede destacar de las prácticas de psicomotricidad con niños es el carácter lúdico de las sesiones. Por lo general, se diseñan en formato de juego grupal, de baile, de gymkanas o de otras tipologías en las que los alumnos sienten que están pasando un rato muy agradable.

    Tipos de prácticas psicomotrices en niños

    De manera general, la psicomotricidad en niños se puede dividir en dos grandes áreas: la psicomotricidad gruesa (o simplemente motricidad gruesa) y la psicomotricidad fina (o motricidad fina). Veamoslas con detalle para comprender mejor en qué consisten.

    Psicomotricidad gruesa

    Es aquella en la que intervienen los grupos musculares amplios. También son los primeros movimientos que aprenden los niños, puesto que tienen que ver con acciones como caminar, correr, saltar, etc. Pero en realidad, su trabajo y mejora son constantes a lo largo de los años en la etapa de Educación Infantil y Primaria. Algunos ejemplos de estas prácticas son:

    • Ejercicios de equilibrio, fundamental para aprender a andar
    • Ejercicios de coordinación y lateralidad, para mejorar la soltura general
    • Ejercicios posturales, para descubrir la flexibilidad corporal
    • Técnicas de relajación, para conseguir un mejor autocontrol

    Psicomotricidad fina

    Es aquella que implica el uso de grupos musculares más pequeños. La pueden ir trabajando y aprendiendo desde bebés, pero tardan más en dominar y controlar los movimientos asociados a ella. El motivo es que requiere de mayores dosis de coordinación y destreza sensorial, y eso requiere de un estado madurativo mayor, así como una mayor práctica. A menudo, la psicomotricidad fina se asocia a las manos, una parte del cuerpo clave para el descubrimiento del mundo que les rodea y la interacción con él. Pero también se puede citar el ojo, imprescindible en la coordinación.

    Algunos sencillos ejercicios o materiales que se pueden utilizar para trabajar la motricidad fina son:

    • La plastilina, que resulta ideal para mejorar la destreza de las manos
    • Elementos como las pinzas de la ropa, que les hacen ganar fuerza en los dedos
    • Puzzles, que les obligan a interpretar cada pieza por separado y en su conjunto y a colocarlas con precisión

    Para qué sirven las prácticas psicomotrices

    Como decíamos más arriba, lo interesante de trabajar la psicomotricidad en niños es que impulsan y mejoran su desarrollo, tanto a nivel cognitivo como físico. Pero podemos ir más allá y destacar 5 interesantes resultados de las prácticas psicomotrices.

    Despiertan los sentidos

    Los niños, especialmente los más pequeños, están en fase de descubrir sus propios sentidos. Y la psicomotricidad facilita que se familiaricen con ellos, comprendiendo sus virtudes y limitaciones. De hecho, esta disciplina ha sido siempre muy empleada en la educación de niños con alguna dificultad o discapacidad, explotando las posibilidades que ofrecen otros sentidos no afectados.

    Hacen descubrir las propias capacidades físicas

    Mediante un correcto trabajo de la psicomotricidad en niños, éstos descubren cuáles son sus capacidades a nivel físico. Correr más rápido, saltar más alto o agarrar un objeto con más fuerza no solo les hará aumentar su diversión, sino también su capacidad para jugar y moverse con seguridad.

    Preparan a los pequeños para el aprendizaje futuro

    Durante sus años en la escuela, los niños van aprendiendo de manera progresiva. Y la psicomotricidad resulta interesante porque les va preparando para determinados aprendizajes posteriores. Por ejemplo, una buena psicomotricidad fina hará que el niño tenga más facilidad para coger el lápiz, mientras que una buena psicomotricidad gruesa hará que afronte con mayor confianza los ejercicios de Educación Física, por ejemplo. 

    Mejoran la autoestima

    Un niño con buena psicomotricidad tiene más papeletas para ser un niño feliz. Verse capaz de realizar los movimientos y ejercicios que se le plantean hará que mejore su autoestima y tenga más confianza a la hora de afrontar nuevos retos, con la convicción de que tarde o temprano lo conseguirá.

    Convivencia y respeto a los demás

    Las sesiones de psicomotricidad en la escuela están, lógicamente, diseñadas y dirigidas por los educadores especialistas en la materia. Y en ellas, de manera implícita, se trabaja el respeto del espacio de los demás. Por tanto, los niños se dan cuenta de que pueden convivir y pasar un momento agradable en armonía, formando un equipo o trabajando en paralelo, pero respetándose unos a otros.

     

    Por todo ello, la psicomotricidad en niños es una cuestión fundamental en los primeros años de su educación. En Linkia FP puedes descubrir todos sus secretos, de manera cómoda y a distancia, para después ponerlo en práctica con los más pequeños.

     

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